miércoles, 14 de septiembre de 2016

Día 9: La polución nocturna y el llanto

Al contrario de lo que pensaba las noches son cada vez peores. La herida no molesta pero las erecciones siguen siendo igual de criminales aunque ninguna como la de hoy.
Estaba tan tranquilo teniendo un sueño un poco subido de tono en el que estrenaba mi nueva arma y me atrevía con todo cuando de repente me despierto del dolor. Noto que esta erección no es como las demás, que ésta está cocinando algo. Sólo me bastaron 5s para darme cuenta y ya era tarde para reaccionar, estaba a punto de vaciar los testículos.
La sensación fue altamente desagradable. Por un lado, trataba de evitarlo por todos los medios para que bajara la erección. Por otro, sabía que no podía hacer nada. Llegó el momento de acabar y no he sentido más dolor nunca. Noto como que mi glande se despega y coge impulso para atrás antes de descargar. Un dolor sin igual que hace que emita un alarido de los que despiertan a medio vecindario.
Enciendo la luz esperando que todo haya sido un sueño pero descubro que no, que ese dolor no puede ser fruto de mi imaginación. Encuentro en mi calzoncillo una mezcla de fluido del amor y sangre, mi pene aún no está preparado para ese tipo de rodeos. Lo bueno fue que no me hizo usar hielo, él mismo se bajó y a dormir
Cuando dicen que el hombre tiene dos cerebros no mienten. Mi yo racional estaba exhausto y aún dolorido. Mi yo viril, en cambio, había disfrutado y quería más. Esa misma noche me desperté al menos cuatro o cinco veces más con erecciones hasta que a las 6 am he decido levantarme.

Sobre el resto del día, pocas novedades. Aún no le he cogido el truco sobre cómo colocármela de un modo que pueda andar mucho tiempo sin molestias y acaba cayéndose y aplastada. Espero aprender antes de que ya no me haga falta, lo considero un reto personal.

Sobre el estado de mi pene, el glande me pica. Está pelándose (la piel, aún lo otro no je je) y parece que ya está cogiendo su textura definitiva. El meato urinario también ha progresado, ya sólo me salen dos chorritos al empezar que acaban siendo uno al momento. Que potencia, parece eso un francotirador.
El resto sigue igual, inflamado y sangre. Me dijo el urólogo que me echara el prepucio para delante y para detrás pero tal es el grado de inflamación que no puedo. Mañana iré otra vez a ver qué me dice.
El frenillo sin comentarios, ha debido envejecer de mala manera sigue blanco y con ganas de pegarse a la gasa.

Esperemos que la noche de hoy sea más tranquila. Voy a tomar un poco de Valium, me merezco esta pequeña trampa en mi novena noche, necesito dormir.

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